En el siglo XIX, unas décadas después, Ramón de Campoamor nos explicaba en su poema Ámbas linternas que todo es dependiente del cristal por el que se mira a un individuo, y Margaret Wolfe Hungerford nos ofrecía en su Molly Bawn el semejante fórmula en inglés y además de esto nos ten en cuenta que la hermosura está en el ojo del que mira. En sus oraciones ha recogido ámbas ideas ahora expresadas en contenidos escritos helenos tradicionales y después retomadas por Manrique, Shakespeare, Calderón de la Barca o Hume, entre otros muchos: modelos de la verdad de la subjetividad, y para esto usa el poder de la mirada, que es . nuestro primordial vínculo con el planeta exterior. Nuestros ojos, las herramientas que nos dan ese planeta, son mucho más polivalentes que cualquier cámara y, por otra parte, ofrecemos una tercer parte de nuestro entendimiento a procesar las imágenes que tomamos, transformándonos en seres visuales.

Pertrechada con este armamento, parecía una evolución prácticamente lógica que la mecánica cuántica va a llegar a traducir las metáforas del siglo XIX al campo científico. El espectador no solo aplica un filtro atrayente a la verdad, sino asimismo cambia su naturaleza, e inclusive al llevarlo a cabo crea un novedoso universo, otro planeta. Ahora sabéis el frenesí que transporta la pobre Kitty Schrödinger desde el instante en que los austriacos han comunicado su conocida paradoja. Según entre las interpretaciones de la mecánica cuántica, con cada observación hay una bifurcación en el sendero, las opciones cambian y se multiplican en distintas mundos. Los observadores, sin estimar, se encarnan como demiurgos con cada resolución que toman. Se escapa del canon espiritual para asegurar que, originariamente, la palabra no era el elemento constructor definitivo, sino más bien el aspecto.

El poder de la mirada: ¿por qué razón es tan esencial trabajar este elemento?

Algo mucho más atractivas de los individuos que los distingue del resto es el poder de la mirada que aflora de sus ojos. Por esa razón prácticamente todas las especificaciones hacen alguna referencia al color de los ojos, y asimismo por qué razón tantas películas tienen una conexión tan angosta con los semblantes de los actores.

Esta es una característica fundamental que te va a ayudar a animar a tus Historias. Si deseas saberlo todo sobre esto, ¡tienes que leer!

Por ahora parte de nuestro rostro queda esconde por la máscara, de manera que semeja todo el personaje principal. El día de hoy deseamos ofrecerte las claves para sostener esta región organizada y impecable, sacándole el máximo provecho.

El aspecto afirma mucho más de lo que pensamos

El aspecto refleja la naturaleza de las relaciones entre personas. Se ha visto en múltiples etnias que, generalmente, tanto hombres como mujeres hacen menos contacto visual con interlocutores de menor estatus. De la misma forma, tendemos a ver mucho más a quienes nos agradan, si bien en ciertos casos observamos a las que no nos agradan, o sea, tendemos a ver mucho más a esas personas con las que hemos predeterminado una aceptable relación, con las que nos atrae. , o han logrado capturar nuestra atención o nuestro interés. Así el remitente consigue una comunicación mucho más persuasiva… de una ojeada.

El radio es el lenguaje del ojo; En el momento en que los estudiantes precisan una señal de interés, se diluyen -midriasis- y, por consiguiente, alcanzan llevarnos lejos. La timidez, la carencia de seguridad o capacidades sociales con lo que hay que decir se puede expresar de manera que evite ver al receptor, no obstante, la seguridad en sí se transmite por medio de una observación estable y incesante.

Si sabes emplear el poder de tu mirada y aprendes a canalizarla, obtendrás comentarios considerablemente más excelentes de tu audiencia.

En el libro El diseño como narración…

«ver significa buscar y hacer llegar activamente. Al centrar nuestra mirada en la gente y las cosas, nos enfocamos. (…) Nuestra mirada se ve atraída por puntos de intriga, así sea un orificio en el sendero o un gato negro que avizora en la obscuridad. El hombre busca instintivamente noticias y sorpresas, pues cualquier cambio en lo que observamos puede ser una señal de riesgo o una fuente de exitación.