Mira una fotografía tuya y divídela mentalmente en tres tercios imaginarios, tanto horizontales como verticales. La imagen se va a dividir en 9 partes iguales, y los 4 puntos de intersección de esas líneas son los que determinarán los puntos correctos para localizar el centro, o centros, de nuestra fotografía. Así romperemos la práctica frecuente de situar nuestro sujeto o elemento primordial de la persona en el centro del encuadre.
¿Qué es la regla de los triángulos y qué es?
La regla de los tercios en fotografía es dividir la imagen en tres partes horizontales y tres verticales, de esta manera tienes que centrar el interés del sujeto en la puntos de intersección para regentar la mirada del espectador al centro de interés.
La regla de los tercios procede de la sección áurea, lo que quiere decir que hay una alguna proporción entre las longitudes y siempre y en todo momento es exactamente la misma que es igual a 1.61803398875. Entonces, la regla de los tercios es únicamente una simplificación de la proporción áurea antes citada. Esto es, esta proporción se da en varios sitios de la naturaleza.
La armonía visual se consigue
Por contra, la armonía visual se consigue con la regla de los tercios disponiendo los elementos mucho más esenciales de manera que el resultado sea simétrico pero proporcional. La regla de los tercios quiere decir que la imagen tiene una relación de tres puntos horizontalmente y una relación de tres puntos verticalmente. En el diagrama puedes observar como se ponen 2 líneas horizontales y 2 líneas verticales en la imagen, posicionaremos estas líneas como una tercera. Para referirnos a ellos mucho más en concreto los vamos a llamar tercio superior, tercio inferior, tercio derecho y tercio izquierdo. Es sobre ellos donde pondremos los elementos esenciales en nuestra fotografía. Al tener líneas horizontales y verticales asimismo disponemos puntos donde se cruzan las líneas, a estas intersecciones las vamos a llamar «puntos de intersección». Si ahora ha reconocido las líneas y si ahora ha reconocido los puntos de intersección, permítame explicarle de qué manera emplearlos.
Vamos a usar un caso de muestra muy sencilla de un paisaje donde contamos un horizonte y un factor señalado, en un caso así, un caballo. Si te dejas llevar por el instinto, seguramente el resultado va a ser este, donde sitúas el elemento esencial exactamente en el centro, en vertical, y el horizonte en el centro, asimismo en horizontal. Si dibujamos una línea en el horizonte y una línea en el caballo, tienen la posibilidad de ver que se crea una cruz, exactamente en el centro de la imagen, bueno, recuerden esta cruz pues se encuentra dentro de las creaciones que la escena puede eliminar. resultado de su imagen fotográfica.
Prioriza los elementos mucho más esenciales.
Gracias a la regla de los tercios, hay que priorizar algunos elementos sobre otros. Por poner un ejemplo, si está retratando el cielo, es posible que le resulte útil no poner el cielo en el centro del encuadre; Esto divide la imagen en el medio, lo que no es interesante de ver.
Si prosigues la regla de los tercios, pone tu horizonte en el tercio superior o inferior según cuanto quieras enfatizar; el primer chato o el cielo. . Su cara u ojos tienen la posibilidad de estar justo en un punto de cruce superior. Las líneas tienen la posibilidad de guiarte a llamar la atención sobre la manera de tu cuerpo, brazos o piernas.
Al sacar una foto de un paisaje, debe estimar cada elemento de la toma. Esto es, dónde se encuentra el horizonte, qué elementos están en primer chato y qué elementos están en background. Asimismo es requisito detectar dónde se encuentra el mar, la tierra o el cielo.